La fotografía como afición y otras artes visuales

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Adox Golf 63 en el Valle de Tena

El día de San Valero, fiesta local en Zaragoza, como es costumbre salimos a dar un paseo y tomar un aperitivo, antes de acudir yo a la comida familiar habitual en esta fecha. Ya comentaba hace unos días que, si sale buen día, es un día propicio para probar cosas nuevas fotográficamente hablando, y de ahí mi prueba de la Rolei Superpan 200.

El caso es que nuestro paseo nos llevó a la plaza de San Bruno, detrás de La Seo. La catedral de Zaragoza para quienes no conozcan la ciudad. Es redundante e inadecuado referirse a ella como "catedral de La Seo". Los zaragozanos la conocemos simplemente como La Seo, su nombre formal es La Seo de San Salvador, y puede ser correcto denominarla Catedral de San Salvador, pero nunca "catedral de La Seo". En Zaragoza, nadie la llama simplemente "la catedral". Es La Seo. Pero retomo el hilo. En esta plaza de San Bruno, los días de fiesta se forma un mercadillo de trastos viejos. Llamarlo "anticuarios" me parece excesivo, aunque alguno de los puestos puede merecer el nombre de "puesto de antigüedades". Y eventualmente se encuentran cámaras fotográficas. Alguna he comprado por allí.

Quizá por ser día de fiesta especial, a pesar de coincidir en domingo, hubo más comerciantes que en otras ocasiones y con más variedad de artículos. También de cámaras fotográficas. He de hacer una advertencia. No son comerciantes especializados, y nunca garantizan el funcionamiento de la cámara. De hecho, muchos las venden a quienes quieren utilizar cámaras antiguas para ornamento en sus comercios, café o negocios cara al público del tipo que sea. Te dejan echarle un vistazo, accionarlas, y a partir de ahí... tú te arriesgas. Como ya digo, ese domingo de San Valero había cámaras notables. Uno de ellos tenía una Leica III (c o f), con un Summitar 50/2, que no tenía mala pinta, aunque supongo que precisaba una limpieza, ajuste y lubricado. No tenía mal precio, aunque no se podía asegurar que el Summitar estuviese en buena condición interna. Si hubiera garantía de ello, sería un chollo.

Pero a mí, que estoy un poco mohíno desde que el obturador de mi Voigtländer Perkeo II se estropeó, me llamo la atención una cámara similar, ligeramente más grande, con prestaciones menores de obturador y objetivo, pero que podía ser una sustituta económica de la Perkeo II, porque sólo me costaba 30 euros. Una cámara de formato medio con fotográma de 6x6, por una fracción del precio que las plasticosas y deficientes Lomography tienen. El aspecto general se veía bien, aunque siempre te entra la duda de que, siendo una cámara de objetivo retráctil, el fuelle pueda tener alguna fuga de luz que provoque veladuras o luces parásitas en los fotogramas. La compré.

Esta es la cámara. Con estuche incluido y sin él. Ante la iglesia románica mozárabe de San Juan de Busa en el Serrablo, Alto Aragón.

La cámara no tiene mucho misterio. Un objetivo retráctil Adoxar 75 mm f/6,3. Apertura modesta que da nombre al modelo de la cámara, Adox Golf 63, fabricada en la Alemania Occidental en algún momento entre 1954 y 1957. El objetivo cierra hasta f/22. El obturador Pronto, de tipo central incorporado en el objetivo, tiene como velocidad máxima una modesta 1/200 s.  Está pensada para utilizarla con luz relativamente abundante, teniendo en cuentas las sensibilidades habituales en las películas para aficionados de su época. Con las sensibilidades altas que se encuentran hoy, se estiran un poco más sus posibilidades. Se enfoca por estimación, disponiendo de una escala de profundidad de campo, con dos marcas que señalan los puntos adecuados para el retrao y el paisaje, cuando cierras el diafragma a un punto intermedio entre f/8 y f/11.

Dispone de rosca para cable disparador, posición B y un temporizador de disparo, para quien quiera apuntarse al selfi. Rosca para trípode, por supuesto. Zapata para accesorios sin contactos para el flash, que habrá que conectar con el cable adecuado al zócalo correspondiente.

Pero veamos fotos. El día 30 de enero nos subimos tres amigos de excursión al valle de Tena y al Serrablo en el Alto Aragón. Por la mañana estaba nublado, pero no muy cerrado. Paramos en los embalses de Búbal y Lanuza a contemplar el paisaje y hacer unas fotos.

El rendimiento general de las fotografías obtenidas es bastante bueno, dadas las modestas características de la cámara. Al fin y al cabo, el objetivo no pasará de ser un triplete, sin las correcciones que aportan los diseños tipo Tessa, con cuatro lentes, por ejemplo. La cámara aprovecha bien la anchura de la película, y el cuadro de imagen está más cerca de los 56 x 56 mm que de los 54 x 54 de otros modelos.

Aunque alguna de estas imágenes me hizo sospechar que no todo iba a ser felicidad.

Cogimos de nuevo el coche y nos llegamos hasta el paso fronterizo de Portalé, donde estaba totalmente nublado y lloviendo. Estuvimos un poquito y nos bajamos a comer en las cercanías de Formigal, donde llovía intermitente. Seguí haciendo algunas fotos más.

Empezaba a confirmarse que en ocasiones se apreciaba una luz parásita, especialmente en el cuarto superior izquierdo de la imagen, probablemente debido a alguna fuga de luz en el fuelle. No siempre, y no siempre con la misma intensidad. Hasta ese momento, había dispuesto de luz muy suave por los nublados.

Al continuar el viaje paramos en Búbal de nuevo, donde las nubes se habrían, y en los contraluces, empecé a observar que las luces parásitas eran más frecuentes e intensas.

Tras abandonar el valle de Tena, siguiendo hacia Sabiñánigo, decidimos entrar a visitar alguna de las iglesias románicas mozárabes del Serrablo. En concreto, la más sencilla y aislada, que es mi favorita. San Juan de Busa.

Allí tomé varias fotografías. Algunas de las cuales quedaron bien, y otras sin embargo acusaron el problema de luces parásitas. Casi siempre asociado a luces intensas, especialmente a contraluz.

Como veis, esta última fotografía es un follón de luces de mucho cuidado. Es posible que la cámara, sin usar durante mucho tiempo, estuviera en un equilibro inestable, y al "obligarla" al zarandeo de la excursión y a exponer tres rollos, 36 exposiciones, en un día, haya ido haciendo agua, perdón "luces", progresivamente más abundantes. Aunque siempre asociadas a contraluces y a la presencia de algún foco de luz intenso en el encuadre en las peores situaciones.

Volvimo a seguir nuestro viaje de regreso hacia el sur, y paramos en las proximidades de Arto, a tres kilómetros del Hostal de Ipiés. Arto es el pueblo de nacimiento de mi abuela materna. No llegamos hasta el pueblo. Nos quedamos en un caserío en ruinas que hay 500 metros antes de llegar. El día se había vuelto a nublar.

Como veis, sin luces intensas presentes, las fotografías vuelven a tener un aspecto bastante respetable, dejan de aparecer las fugas. También puede ayudar el desplegar el objetivo en el momento de hacer la fotografía, y mantenerlo recogido el resto del tiempo.

El caso es que aun con los contratiempos mencionados, me parece que es una cámara más interesante que las Holgas, Dianas, y otros zarrios lomográficos, donde tambien pueden aparecer luces parásitas, y son al menos el doble de caros. En esta cámara tienes que realizar el esfuezo de estimar la distancia de enfoque, aunque es bien cierto que con diafragmas cerrados y enfocando por zonas, no es nada difícil conseguir la fotografía nítida. También tienes que aprender a medir la luz, seleccionando por tí mismo diafragma y velocidad de obturación. Dado que se usará fundamentalmente en exteriores, aplicar la regla de "soleado f/16" hace sencillo su uso. Yo tendí a sobrexponer y los negativos me han quedado densos, pero perfectamente explotables, y con mucha reserva de detalle en las luces y en las sombras. Utilicé película Kodak Tri-X 400 revelada en HC-110 en la dilución 1+47 (o 1:48), lo que da un tiempo de revelado de 6 minutos 30 segundos. Podría haber acortado el tiempo de revelado un poco, para obtener negativos menos densos, pero me hubieran quedado más planos de contraste, lo que con objetivos de este tipo no me convence. Así que me doy por contento con las elecciones tomadas.

Dista mucho de la perfección, pero por el precio que tiene, es utilizable como entretenimiento. E incluso como iniciación y aprendizaje de las bases del formato medio.

Formato medio en color - Parque del Agua con FeZ y la Hasselblad y el Pilar con la Makina 67

Recién cogidas mis vacaciones de principios de otoño, un par de días antes de salir de viaje a Hong Kong, participé en un paseo fotográfico por el Parque del Agua de Zaragoza en compañía de la buena gente de FeZ (Fotógraf@s en Zaragoza). Para ese día, y dado que íbamos a coger las buenas horas de luz de final de la tarde, opté por llevarme la Hasselblad 503CX con mis tres objetivos Carl Zeiss, Distagon 50/4, Planar 80/2,8 y Sonnar 150/4. Habíamos quedado en la Torre del Agua.

Lo cierto es que camino del lugar, al que fui en mi coche propio, tuve un incidente que me hizo llegar un poquito tarde y alterado. Incidente que estuvo a punto de convertirse en accidente grave, por culpa de peatones irresponsables que cruzan por donde les sale del níspero, y por culpa de conductores insolidarios que cuando ves que pides sitio para hacer una maniobra, aceleran y te la impiden. Los españoles somos así. Mal que nos pese. Afortunadamente no pasó nada. Pero como digo, llegué alterado y poco inspirado. Además tarde. Aunque a punto para engancharme con alguna buena gente.

Aun así, comencé a hacer fotografías con algunos carretes de Kodak Portra 400.

No voy a decir que me salieran maravillas, dadas las circunstancias. Pero al menos alguna fotografía digna. También hubo oportunidad de "jugar" con los compañeros que me rodeaban. A pesar de que el talabarte de la Hasselblad no es precisamente la cámara más ágil para ponerse en modo "reportaje".

La luz se fue agotando más deprisa de lo que pensábamos. E incluso para las últimas fotografías tuve que recorrer a un carrete de Kodak Portra 800 que había llevado por si acaso.

Al final, aun me quedaron seis fotografías por hacer del carrete de Portra 800, que no expuse hasta después de volver del viaje a Hong Kong y Macao. Además de algún retrato a mi sobrino, que no pongo por mi costumbre de publicar fotografías de los niños de la familia, enredé con alguna fruta que tenía por casa, y le hice algunas fotografías a la Plaubel Makina 67 que me traje del viaje y que será la protagonista de la segunda parte de este artículo.

Os recuerdo que la Plaubel Makina 67, de la que os hablé hace unos días, con ejemplos de fotografías en blanco y negro, es una cámara telemétrica de objetivo fijo retractil de medio formato. Produce 10 negativos de 6 x 7 (56 x 69 mm, exactamente) sobre película en formato 120.

El caso es que, además de los carretes de los que os hablé en blanco y negro, salí el domingo 16 de octubre, último días de las Fiestas del Pilar, con un par de carretes de Kodak Portra 400, que junto con los de la Hasselblad los mandé a revelar y digitalizar como de costumbre a Carmencita Film Lab, de donde me devolvieron unos estupendos archivos de 24 megapixeles, que muestran las capacidades de la Makina 67. Me he empezado a pensar que para algún proyecto especial y cuidado, pedir la digitalización a máxima resolución. No me quiero ni imaginar cómo deben ser los archivos de 50 megapixeles.

Una de las cuestiones que comprobé es que, usada en un modo "reportaje", el telémetro de la cámara tiene una precisión de enfoque bastante notable. Bien es cierto que en la mayor parte de los casos usé aperturas medias de f/5,6 o f/8. Pero es que con semejantes negativos, la profundidad de campo es pequeña, y el poder separador del objetivo del objeto principal del fondo es grande.

Por supuesto, como suele suceder con las telemétricas, por la posición de la "mancha" de enfoque del telémetro de coincidencia, hay una cierta tendencia a componer con el sujeto principal centrado en el fotograma, especialmente si llevas prisa. Lo que no siempre funciona; pero también pasa con las Leica... oye.

En cualquier caso, hay que prestar mucha atención a la escasa profundidad de campo. A punto de volver para casa, nos metimos un momento en la Lonja, por hacer alguna fotografía con luz más escasa, y allí, con la diafragma abierto al máximo, compruebas hasta que punto la profundidad de campo es escasa. Si enfocas a uno de los cuadros de la pintora Iris Lázaro, los espectadores que lo contemplan quedan irremediablemente desenfocados. Pero bueno... es así como va la cosa. Más adelante más. Espero.

Plaubel Makina 67 - Un recuerdo de Hong Kong

Como ya habréis podido deducir de algún artículo anterior, o si sois seguidores de mi Cuaderno de ruta, he estado de vacaciones en Hong Kong y Macao, regiones administrativas especiales de la República Popular China (RPC), con una idiosincrasia peculiar. Lugares que, como destino viajero, son más interesantes que "bonitos". Eso es algo que te pregunta mucho la gente cuando vuelves de viaje; "¿Era bonito?". Pues eso, más interesante que bonito.

Otra de las cuestiones que surgen cuando hablas de Hong Kong es el tema de las compras. Cualquiera que se maneje por eBay u otros sitios de compra en internet sabe hasta que punto Hong Kong es origen de muchos artículos que se ofrecen a muy buen precio, aunque con un dudoso nivel de garantía. En general, productos fabricados en la RPC que salen al mundo a través del enclave capitalista en el sudeste del gigante asiático. Todo el mundo asume que el sitio es jauja y se compra el equipo fotográfico como quien compra longanizas. Se olvidan dos cosas. La primera es que en las tiendas de Hong Kong las cosas no son necesariamente baratas. Con unos costes de alquiler inmobiliario por las nubes, los márgenes de beneficio disminuyen, y los precios no puede ser muy bajos. Salvo en algún artículo concreto, para material nuevo, todo a un precio parecido con respecto a Europa. Con el añadido de que si no llevas etiqueta verde en el pasaporte, al pasar por la aduana de entrada en España te pueden parar y decirte que qué es eso y que cuanta mosca vas a soltar a favor de la Hacienda española. La torta un pan. La única ventaja real en compras fotográficas de material nuevo es que la variedad en las tiendas es infinitamente mayor, y puedes ver, tocar y probar material que en las tiendas españolas no vas a ver y acabarás comprando de oidas. Y con suerte te irá bien.

Otra cuestión es el material de segunda mano y ocasión. La principal advertencia para comprar material procedente de la antigua colonia británica es cuidado con los estragos de la humedad. El clima en Hong Kong es de carácter subtropical, con veranos muy calurosos y muy lluviosos, y con el resto del año menos caluroso, pero con humedades relativas del aire altas, incluso si el régimen de lluvias baja notablemente. Y la humedad no sienta bien a los aparatos fotográficos. Aparte de la aparición de óxido en aparatos metálicos, existe el problema muy real de la proliferación de hongos en las lentes de los objetivos. Y da igual lo prestigiosas que sean las marcas de los objetivos, los hongos aparecen por igual, y no siempre te cuentan el problema ni eres capaz de detectarlo.

Dicho lo cual, yo me dí un paseo por algunas de las tiendas de fotografía que llevaba referenciadas, y en una de ellas, de las más recomendadas, situada en Champagne Court, cerca de Nathan Road, en Tsim Sha Tsui, un lugar donde hay varios establecimientos en el que se venden todo tipo de cámaras de segunda mano y ocasión, para todos los gustos. Y en uno de los escaparates vi un aparato que inmediatamente atrajo mi atención y que os presento ahora. Se trata de la Plaubel Makina 67.

Plaubel fue una empresa de aparatos fotográficos alemana que estuvo muy activa durante laa primera mitad del siglo XX, que proponía soluciones interesantes e innovadoras a la mecánica de las cámaras fotográfica de cierto nivel, pero que no sobrevivió a la posguerra mundial. Hubo varias Plaubel Makina en ese tiempo, bien consideradas, de formato medio, con distintos formatos de fotográma. En algún momento de los años 70, una empresa japonesa compró los derechos de la marca y se hizo con algunas de las patentes y de la tecnología asociada, y la adaptó a los tiempos modernos. En 1977/78 sacó al mercado la Plaubel Makina 67, cámara de formato medio que usa carretes de tipo 120 en los que se obtienen 10 negativos de 6 x 7 cm (en realidad 56 mm x 69 mm). El objetivo, fabricado por Nikon, un Nikkor 1:2,8/80 es fijo, no intercambiable, y bastante luminoso para tratarse de una cámara que aspiraba a mantener un tamaño compacto dado su formato. En realidad tiene unas formas contundentes y es pesada, metal obliga, pero es fácilmente transportable, dado que el objetivo es retractil. En el objetivo se incluye un obturador de tipo central, con velocidades de obturación entre 1 segundo y 1/500 segundo más posición B. Dado el tipo de obturador, un flash sincroniza a todas las velocidades de obturación, por lo que es ideal para usar flashes de relleno a plena luz del día.

El objetivo tiene una fórmula de 6 elementos en cuatro grupos, lo cual hace pensar en un diseño tradicional doble gauss, semejante a los Planar de Carl Zeiss. Diseño muy popular en las focales estándar como esta, que en realidad es casi un angular poco angular, ya que equivale a un 39 mm en el formato 24 x 36 mm. A pesar de que se dice que el formato es 6 x 7 cm, la realidad es que sus dimensiones reales, 56 x 69 mm hace que la relación ancho largo sea más bien de 5:4, como sucede en las placas de gran formato, que el 7:6 ue insinua su nombre. En cualquier caso, me parece un formato muy agradable para trabajar la composición de la fotografía.

Hubo dos versiones posteriores de la cámara con cambios más o menos importantes. Una de ellas fue la Playbel Makina w67, con un objetivo de 55 mm, que sería un gran angular equivalente a un 28 mm en 24 x 36 mm. Pero con una luminosidad máxima de f/4,5, es decir un paso y un tercio menos luminoso que la versión estándar. Teniendo en cuenta que la versión estándar tiene una focal relativamente amplia para ser estándar, prefiero esta versión con su mayor luminosidad, a la gran angular que puede ser penalizada en modo reportaje por esa escasa luminosidad, y que en modo paisaje tiene que contar con el error de paralaje del visor. La otra versión es la Plaubel Makina 670, que es igual a la que aquí os presento salvo que admite también carretes 220 además de los 120, que doblan el número de fotogramas por carrete. Pero como esto ya no se vende...

Es importante que hablemos del mecanismo de enfoque.

El enfoque se realiza mediante la utilización de un telémetro de coincidencia que es suficientemente preciso como para usar la apertura máxima de f/2,8 con confianza. En el visor hay líneas que corrigen el paralaje, que vemos como se mueven al enfocar. El centro, en el que se aprecia la imagen de coincidencia, se ve con claridad y es cómodo de usar. Se enfoca por lo tanto con rapidez y precisión. La rueda de enfoque no está en el objetivo sino en el cuerpo de la cámara, rodeando a una generosísimo botón disparador, y con escalas de destancias en metros (números blancos) y en pies (números rojos). Hay una escala de profundidad de campo que es bastante simbólica, que indica los valores para f/8 y f/22. Afortunadamente el mecanismo de enfoque es muy preciso.

La rueda de enfoque acciona una palanca en un mecanismo de tijera sobre el objetivo montado en un fuelle, que es el elemento más distintivo de Plaubel a lo largo de toda su historia. Sorprende no ver la posiblidad de acoplar al botón disparador un cable disparador para los tiempos de obturación largos, hasta que ver que sí esta, discretamente situado en el lateral de la cámara, y sin romper la minimalista y agradable estética del aparato. La zapata para flash es fría, sin contactos, y hay que conectar el flash a la cámara mediante un cable con conector PC-Sync, que está en el objetivo, donde se encuentra el obturador.

La cámara es mecánica y se puede usar sin pilas. Con ellas, dispones de un fotómetro que es apto sólo para expertos ya que es de tipo puntual. Eso sí, quien lo sepa usar, puede obtener un rendimiento magnífico y una gran control de la exposición. Yo no lo he usado todavía. La carrete de exposición lo hice exponiendo por estimación o con la ayuda de una aplicación en el móbil.

El objetivo tiene rosca para filtros con el muy conveniente diámetro de 58 mm, y viene como accesorio un filtro protector de marca Nikon también. Es absolutamente necesario tener montado el filtro para poder poner la tapa del objetivo. La usé en el primer carrete en blanco y negro con un filtro naranja de Kenko, y la tapa no ajustaba correctamente. Se caía.

Desde que volví de Hong Kong he expuesto tres carretes. El viernes pasado por la tarde un carrete en blanco y negro, con el filtro naranja, algunas de cuyas muestras pongo aquí. Y dos carretes Kodak Portra 400, negativos en color, que expuse el domingo por la mañana y que tardaré unos días en tener revelado y con las copias escaneadas a mi disposición.

Utilicé en blanco y negro película Ilford XP2 Super, tal y como la vengo utilizando últimamente con buenos resultados con otras cámaras clásicas. A pesar de que tiene una sensibilidad nominal ISO 400, la uso a una sensibilidad nominal de 200 (un paso de sobreexposición) pero lo revelo con HC110 como si estuviese expuesta a 400 o incluso a 800, para las cámaras más antiguas. De esta forma obtengo un grano fino, un buen contraste y una gama de contraste bastante fácil de escanear. Ya sé que la película es para revelado C41, pero como ya me ha dado en otras ocasiones tan buen resultado con el revelado tradicional en blanco y negro con HC110, sigo haciéndolo.

He de confesar una cosa. Una vez puesto el filtro naranja, que exigen una compensación de la exposición de entre +1,5 y +2 pasos, se me olvidó. Y estuve exponiendo a IE 200 pero como si no llevase filtro. Por lo menos durante parte del carrete. Eso supone que en realidad el IE fue de 400 e incluso 800. Como el revelado es el adecuado para IE 400 y la película tiene una amplia latitud de exposición, los negativos son un poco claros, pero hay sustancia tanto en las luces como en las sombras. Estas últimas son las que más me preocupaban.

La tardes estaba nubosa, tristona, perola cantidad de información suministrada por el negativo permite dar a las fotografías un ambiente muy acorde al momento. Seguimos sin observar sombras carentes de detalle. Con mi negativo casero Epson Perfection Photo V600, no merece la pena pasar de 1900 pixeles por pulgada al digitalizar. No hay ganancia en el detalle fino a partir de ahí aunque el fichero sea más grande. De todos modos, con un negativo de tamaño 69 x 56 mm obtenemos ficheros de 21,6 megapixeles, que no está nada mal. Y como la Ilford XP2 Super tiene una estabilidad dimensional excelente, es muy fácil de manejar para digitalizar.

Con aperturas hasta f/2,8 y con semejante tamaño de negativo, es tremendamente fácil separar el sujeto principal del fondo. Lo complejo es conseguir profundidades de campo amplias, especialmente con poca luz y sin trípode. Pero desde luego pude comprobar que el telémetro de coincidencia es realmente preciso y fácil de utilizar.

A la Makina hay que hacerse. Aunque con el objetivo retraído es muy fácil de transportar, realmente su sólida fabricación en metal y el hecho de que tenga que encajar un formato de negativo de 6 x 7 hacen de ella una cámara pesada. Aunque algunos la consideren una Leica de formato medio, lo cierto es que su uso no puede ser tan agil, y se presta más a una cierta calma en la toma de las fotografías, aunque sea una cámara pensada para ser utilizada en exteriores y en modo reportaje. Pero reportaje reflexivo, no el aquí te pillo aquí te mato.

Es una cámara cara, y por ello nunca la hubeira comprado sin haber podido tenerla en mis manos un buen rato, comprobando el funcionamiento de su obturador, de su diafragma o de su mecanismo de enfoque, o con una linternilla comprobando el buen estado del objetivo. Lo cierto es que está como nueva. Impecable. Cámas similare tenemos la Mamiya 7, de objetivos intercambiables, también cara puesto que tiene un prestigio muy elevado. Pero por ejemplo, el objetivo estándar´, también de 80 mm de focal, tiene una luminosidad un paso inferior, f/4. Salvo que necesites la posibilidad de intercambiar objetivos, la Makina 67 puede ser una buena alternativa.

Fujifilm tuvo su gama de cámaras telemetricas de formato medio con ópticas fijas. Yo tengo la Fujifilm GS645 Professional W60, de la que ya os he hablado, incluso recientemente. Es mucho más barata, pero también su construcción, en plástico, es más elemental. Y su negativo, de 55 x 40 mm, tiene poco más de la superficie útil del 69 x 56 mm. Pero las hay de 6 x 9 cm, muy interesantes, y grandotas, y el modelo más reciente, fabricado por Cosina que también ha realizado una versión Voigtländer de la misma cámara, La Fujifilm GF670 es similar conceptualmente a la Makina 67, y también se cotiza a precios muy altos.

Y en digital... Lo más parecido conceptualmente en digital sería la nueva Hasselblad X1D, de objetivos intercambiables, con su objetivo de 45 mm montado. Para un sensor de imagen de 55 x 44 mm. Y un precio que en total puede multiplicar por 10 el de cualquiera de las anteriores. Estamos en otro nivel. pero es lo más parecido conceptualmente en el mundo de la fotografía digital. La reciente Fujifilm GFX 50s es más una cámara de sistema, aunque no réflex, y no tendría una filosofía comparable.

De momento, las muestras que tengo de su uso, un carrete con 10 exposiciones, son limitadas. Pronto habrá más. Pero las sensaciones son buenas. Y en cualquier caso, ahora siento que tengo una cámara potente y adecuada para disfrutar a fondo de la fotografía con película tradicional de formato medio. Más sólida y consistente que la Fujifilm o los aparatos más antiguo, y menos aparatosa que la Hasselblad, que se adapta mejor a mis bodegones o fotografiar montada en un trípode algún paisjae o algún retrato. Espero que os haya interesado el artículo

Fotografía estenopeica - Cámara Ondu Pinhole 6x12 Multiformat

Durante estas vacaciones pasadas tenía intención de dedicar algún tiempo a la fotografía estenopeica. Voy muy mal en mi proyecto de construir una camara de este tipo de gran formato, en torno al tamaño de 20 x 25 cm. En mi cabeza se trata de un chisme que permita obtener el aspecto inequívoco de la fotografía estenopeica, pero con un razonable nivel de nitidez. Todo llegará.

Mientras tanto, se trataba de utilizar la Holga 120WPC de la que ya os hablé en su momento. De hecho, estuve tomando unas cuantas fotos en el entorno del camino de Miraflores de Zaragoza, zona suburbana, donde se confunden el paisaje urbano y rural de forma característica.

Esta cámara, como ya comenté, mediante un sistema de máscaras permite realizar fotogramas de aproximadamente 6 x 9 cm y 6 x 12 cm de tamaño. La suelo utilizar a 6 x 9 cm. Si no tienes cuidado, acabas haciendo alguna doble exposición,... que si hay suerte puede quedar curiosa.

El caso es que el día en que nos acercamos a Madrid para la exposición del Bosco y otras exposiciones de PHotoEspaña, me encontré en la tienda del Caixaforum madrileño una bonita cámara de madera, estenopeica, de acabado impecable, y con un sistema de imanes de neodimio para colocar en su sitio los distintos elementos de la cámara.

En la foto anterior vemos la palanca de madera que ejerce de obturador y que se mantienen en sus posiciones cerrada o abierta con los mencionados imanes de neodimio, resultando en un accionamiento muy suave. Sin problemas. Mediante un sistema de láminas separadoras, se pueden realizar fotogramas de distintos formato. Fundamentalmente, 6 x 6 cm, 6 x 9 cm y 6 x 12 cm. En el folleto incluido, habla también del 6 x 8 cm, aunque no sé muy bien como.

Como se puede suponer, la películas es de formato 120, de 6 cm de ancho. Los ejes de los carretes tambien se sujetan con un sistema de imanes, lo cual hace que haya poco riesgos de que se estropeen sistemas mecánicos, ni por mal uso ni por desgaste.

El estenopo, que se ve en el centro de la lámina dorada en el centro, tiene un diámetro de 0,3 mm que para la focal de 40 mm anunciada, da una apertura relativa de f/135. Yo preferiría un esfuerzo un poquito mayor en este capítulo, que intentarán bajar los diámetros de los estenopos a 0,15-0,20, para conseguir una apertura relativa de unos f/200 a f/265. No se pierde la estética de la estenopeica, no pasa nada por aumentar unos segundos la exposición, y aumenta la nitidez de la imagen.

La tapa posterior también se sujeta en su sitio mediante un sistema de imanes de neodimio, lo sufiecientemente firme como para que no hayas filtraciones de luz. Los círculo que en la imagen parecen negros correponden a las ventanas con filtro rojo para leer el número de exposiciones realizadas. Es difícil de usar sin una luz directa que los ilumine.

He probado la cámara usando los separadores para fotogramas de 6 x 6 cm, con un carrete de negativos en color que todavía no he revelado y un carrete de Fujifilm Neopan Acros 100. Esta última es muy adecuada, por su resistencia al fallo en la ley de reprocidad. Hay que llegar a exposiciones de casi minuto y medio antes de que esta falle, mientras que con otras películas, a partir de un segundo ya hay que compensar. En situaciones normales al aire libre, es fácil medir la luz y obtener buenas exposiciones. Si a pleno día aplicamos la regla "soleado f/16", una exposición equivalente a f/16 y 1/100 s sería equivalente a f/135 y 1 segundo aproximadamente. Si está nublado, pues 4 segundos. Y en la sombra no muy densa, 8 o 10 segundos. Sin muchos problemas.

Veamos algunos ejemplos tomados en el Parque Grande de Zaragoza.

En general, el resultado es razonablemente bueno. Pero sigo diciendo que para un ángulo de visión equivalente a unos 20 - 22 mm en formato 24 x 36 mm, un estenopo más fino, permtiría una nitidez en el centro de la imagen mejor. Desde luego, veremos como llega el escaneado profesional de Carmencita Film Lab con los negativos en color, pero el aspecto de las fotografías obtenidas no es equiparable a las de propaganda de la página web de Ondu, que se ven mucho más nítidas.

Por lo demás, es un aparato muy bonito, muy bien hecho de forma artesanal, y que puede ser muy divertido de usar. Muy probablemente en un futuro lo usaré con formatos de 6 x 9 o 6 x 12 cm... pero de momento, para probar, mejor disponer de 12 exposiciones por carrete en lugar de los 8 ó 6 de los formatos mencionados.

Paseo en Búbal y comida en Jaca con la Hasselblad - Comparando las Kodak Ektar 100 y Portra 160

Justo el día en que la marca sueca de cámaras fotográficas Hasselblad decidía presentar su cuca X1D (enésima cámara en cuyo nombre aparece una combinación de estas letras y número), decidí que a la salida de Fotógraf@s en Zaragoza al pantano de Búbal, con comida tradicional a base de migas y ternasco en Jaca, me iba a llevar mi Hasselblad 503CX. Me llevé los tres objetivos, y los tres los usé; todos firmados por Carl Zeiss, el Distagon 50/4, el Planar 80/2,8 T y el Sonnar 150/4. Junto con mis dos tubitos de extensión por si convenía acercarse a algún motivo. Y así fue.

Primero y antes que nada, os presentaré a los presuntos implicados de esta historia. Los aficionados a la fotografía de FeZ.

Me llevé película de dos tipos... tres en realidad. Por un lado la Kodak Ektar 100, película negativa en color que ofrece un saturación aumentada de los colores y se ve más apropiada para el uso en paisajes. Dos carretes, 24 exposiciones en total, fueron los que usé en primer lugar de este tipo de película. Recientemente había escuchado a Matt Day hablar maravillas de esta película (en inglés) en las condiciones en las que íbamos. Paisajes a horas "inconvenientes", cuando el sol ya está alto sobre el horizonte, la luz es dura, y encima es verano con sus calimas que dan un tono azulado a todo por la dispersión de la luz.

Todos los revelados realizados por Carmencita Film Lab en tamaño XL, es decir unos 25 megapíxeles. Han empezado a ofrecer un revelado XXL que creo que permitirá obtener archivos de entre 40 y 50 megapíxeles a partir de los negativos de formato medio. De momento no necesito tanto.

Lo cierto es que sin que la sensación sea negativa, los resultados producidos por la Ektar me causan cierta desazón. No son del todo positivos. Probé también alguna fotografía de aproximación... para ver que tal.

Las sombras se salvan por poco. Esta película tiene una dinámica, una latitud de exposición, más limitada que otros negativos en color. He decir que en el 90% de los casos medí la luz por estimación... es decir, día soleado con una película de 100 ISO es igual a una exposición de f/16 y 1/125 s. En realidad, la mayor parte de las fotografísa están tomadas a f/8 y 1/500 s, una solución similar, con algunas a f/11 y 250 s si precisaba más profundidad de campo. No es posible usar f/5,6 o menores, puesto que la velocidad de obturación máxima del obturador central de los objetivos Carl Zeiss es de 1/500 s. Salvo en algún caso que estimé la exposición para las sombras, multiplicando por 2 o por 4 la exposición.

Cuando terminé los dos carretes Ektar, pasé a la Kodak Portra 160, una película de uso más general y que se lleva muy bien con los retratos. Pero sigamos con los paisajes y las fotografías de aproximación.

Con una dinámica más amplia y un menor contraste, me siento mucho más cómodo con esta película en estas circunstancias de toma. Supongo que en un amanecer o un atardecer, con los tonos cálidos del alba o el ocaso, y un contraste más ajustado, la Ektar 100 funcionará mejor. Pero en las horas centrales del día, definitivamente, esta Portra 160 es de elección para mi gusto.

Pero las Portra, tanto las 160 como las 400, fueron inventadas en un principio para retratos, aunque ahora se hayan convertido en su evolución en unas películas todo terreno. Hice algunos retratos. La mayoría en interior. Y ahí, estas películas son excelentes. Cuando terminé con las 24 exposición de los dos carretes de Portra 160, aún puse uno de Portra 400, que cuando hay luz suficiente disparo a un índice de exposición de 200. Y sin problemas.

Por supuesto, realizar retratos no posados sino improvisados con una Hasselblad, especialmente en interior o semiinterior, tiene su complicación. Con exposiciones de f/2,8-f/4 y 1/60 s, hay que tener mucho cuidado de conseguir enfocar con precisión. A f/2,8 la profundidad de campo es equivalente a un f/1,4 o más abierto en el formato pequeño de 24x36. Y 1/60 s es el límite para usar a mano el objetivo estándar del Hasselblad, el 80 mm (focal equivalente en 24x36, 45 mm aproximadamente). Pero en cualquier caso, es divertido.

Me despido con unas flores. Y hasta la próxima. Fue un día espléndido. Un buen principio de vacaciones.